miércoles, 18 de noviembre de 2015

El Sol siempre está

Escribo con alivio por saber que esta vez vengo cumpliendo.
Escribo orgullosa de que hace casi un mes me levanté de la cama y empecé a reconstruirme.
Escribo menos abrumada porque retomé el tratamiento y sé que no estoy enferma ni mucho menos.
Escribo nostálgica por todo lo que perdí en estos meses.
Escribo escuchando John Mayer, con lágrimas en los ojos, soñando despierta.
Escribo pensando en vos, que ya no sos parte de mi vida y ya poco sabés de mi.
Escribo reconociendo que es mentira cuando digo que ya no te pienso y que ya no quiero nada sobre el nosotros que tanto anhelé.
Escribo sabiendo que mentir y ocultar en este momento es lo mejor, no darle más manija, no nombrarte más (excepto con mi psicóloga).
Escribo con la paz de saber que no te molesté más. Que no volví a intentar que nos comuniquemos, que lo solté, que lo entendí, que lo acepté aunque duela.
Escribo afirmando que si se quiere se puede y que del fondo del mar se puede salir si hacés tu parte de patalear y además tenés una mano amiga. Dos manos amigas. Gente que te ayuda a salir cuando patalear no alcanza,
Escribo con el desafío de seguir, de no recaer, porque hay mucho por recontruir, por crear, por arreglar, muchos desastres de estos meses por solucionar...
Escribo sintiendo que aún sos parte mía, sol, que aún lo sos, que en un punto siempre lo serás... Te escribo sin que lo sepas, aunque quizás lo imagines, porque sabés que soy amante de escribir en todos lados...
Te escribo y me relato en cada palabra, como si te lo contara con una sonrisa, como si pudiera decirte que subí en un mes los tres kilos que había bajado los meses que estuve en la cama... Que viste, estoy comiendo mejor. Que me estoy cuidando. Que cuando la balanza me marcó 51 me acordé de tus palabras mientras me dabas la mano.
Te escribo como si acá estuvieras, mirándome con interés como siempre lo hacías, escuchando para después decirme la más sabia de las frases.
Te escribo porque no te olvido, te escribo porque sos parte aunque ya no lo quieras, aunque ya no existamos el uno en el otro.
Te escribo como si no fueras vos el que no me mira cuando lo saludo, el que no me dirige la palabra.
Te escribo como si aún fuéramos, como si las heridas se pudieran curar algún día, como si los clavos no dejaran el agujero cuando se los saca.
Escribo con esperanza. Porque el dolor sigue siendo inminente pero la alegría también.
Hoy se mezclan, hoy hay luz en medio.
Escribo porque elijo seguir adelante y eso me hace sentir orgullo en el alma, de saber que estoy siendo la que quiero ser, que puedo, que hoy mi agenda esta llena, que mi tristeza no me tiene paralizada, que sí, que hay futuro.
Que vos, amor de mi vida, no estás y no vas a estar, pero a pesar de eso, y gracias a Dios...
Hay futuro.
Hay futuro para mi y lo estoy creando.
Hay futuro y vas a ser un maravilloso recuerdo cuando ese futuro llegue.

Escribo porque estoy viva, y estar viva siempre es suficiente motivo para escribir.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Fuera de órbita

Toda la vida me cuestioné por qué la gente recurría a sustancias para divertirse.
Siempre pensé que esas sustancias en realidad llenaban vacíos, cubrían cráteres, rellenaban huecos momentáneamente.
Cuando conocí a Dios creí confirmar más esta hipótesis... Llenar el alma a tiempo completo y no por períodos cortos. No en fiestas. No festejar para sobrevivir.
Durante casi 23 años no supe lo que era tomar más de un par de vasos de alcohol. A lo sumo tomar dos y ya ponerme alegre. No más que eso.
Fue entonces que llegó el sábado pasado. Una fiesta sorpresa entre amigos,
El amor de mi vida mirándome desde lejos y un corazón destrozado sin poder sobrevivir. Un hueco en el alma.
Y empecé.
Puedo decir que fue la única "Borrachera?" de mi vida. Tomé, tomé, tomé hasta no ser consciente, hasta dejar la verguenza tirada a un costado. Tomé y bailé...
Y después iba al baño, me tiraba al suelo, sentía el dolor comerme los huesos, estás acá y no me mirás, no puedo olerte, no puedo tocarte, no puedo besarte, no puedo...
Y salía otra vez a enfrentarlo bailando, divertida, sabiendo que era parte de un espectáculo patético pero no pudiendo, no queriendo salir de ese lugar. Era la única forma de enfrentarlo... Lastimándome.
Tratando de darle celos, de pasar por al lado y que me vea, sabiendo que era imposible, que las utopías no dejan de ser utopías y que a veces hay que renunciar a ellas.

Cuando me desperté el otro día y recordé (y me recordaron) mis palabras, mis acciones, mis gritos, escuché mis audios de wpp, cuando el paraguas se abrió...
Sólo fue vacío. Llorar, qué me pasó? Adónde está la que fui?
En qué me convirtió el desamor?
Quién quiero ser a partir de ahora?

Tres días después, lo encontré de casualidad.
Sí, de casualidad.
Estaba con sus lentes, esperando el colectivo. Me acerqué y le dije hola.
Hola, me dijo.
Le pregunté por el equipo, la moto y su vida.
Me contestó cortado, se dió vuelta, me acercó la cara, me miró fijo...
- ¿Por qué no te vas? Andate quiero estar solo.
- Pero no te estoy haciendo nada...
- No quiero hablar con vos, de nada, date cuenta dejame sólo. Andate, me molestás acá, andáte.

Y me fui.
Lloré, di vueltas a la manzana, lloré, me enojé, me odié, lo quise odiar, miré al cielo...
¿Por qué tanta crueldad? -Por lo que hiciste; me contestaba mi conciencia.
Porque te seguís equivocando, porque seguís retrocediendo, porque ni vos, ni él ni nadie te aguanta ya.
Porque si seguís siendo una obsesiva sin control te vas a quedar sola.
Y va a ser sólo por consecuencia.


Quisiera que alguien me entienda. Pero a veces quisiera que no, porque para entenderme tienen que sufrir lo mismo y sé lo horrible que es tener esto.
Quisiera que entiendan que no es cuestión de voluntad, que no alcanza, que es un trastorno, que necesito tiempo, ayuda, que necesito que no me condenen, que no me dejen sola, que no se borren cada vez que hago algo que no les gusta,
Pero nadie lo hace. Cuando se pone difícil, cuando hago algo inútil, cuando soy yo la que se equivoca, no queda nadie.
Y yo sigo ahí, cubriendo huecos, corriendo por todos, secando lágrimas, dando mi tiempo, mis ganas, mi amor... A todos.
No es un reclamo, es un grito al cielo, es un por qué? Es tratar de entender qué hago mal para que todos se enojen para que nadie se quede.
Es tratar de entender por que cuando doy todo aún así me quedo sintiéndome sola.
Por qué no hay nadie cuando le lloro a la almohada. Por qué cuando pasan los días y ya estoy mejor ahí sí vuelven, Por qué a las personas les cuesta tanto ayudar al otro y yo no puedo no estar cuando me necesitan.
Por qué soy tan frágil ... Por qué me enamoré tanto.
¿Cuántas veces voy a necesitar para hacerlo bien? Y que no todo lo que toco se derrumbe.
https://www.youtube.com/watch?v=K3F5rpzo1s4

miércoles, 28 de octubre de 2015

Muy pequeña para tan grande galaxia

Este título expresa como me siento hoy.
Mi día fue un cara y seca de la vida, un derecho y un revés. Y es ahí donde me vi, infinita, sí, pero no menos pequeña en este gran universo que me rodea....
Tanto alrededor, tantos mundos, tantas posibilidades, tantas sorpresas...
No puedo negar que fue un día casi feliz. 23 horas de elegir vivir, de darme oportunidades, de disfrutar esta nueva etapa desafiante que viene delante mío.
Sí, esa parte del adiós viene costando. Hay días que cuesta menos. Hay momentos que cuesta más, como hace unas horas; el ver la foto en el grupo de la moto nueva, recordar tantas charlas sobre esa moto y no poder evitar sumar mis felicitaciones al coro del resto.
Compartiendo grupo de amigos el adiós es mucho más difícil, pero no imposible.
Siguió siendo un día feliz. Siguió... Hasta el final, casi.

Recibir noticias malas no le gusta a nadie. Recibir noticias malas sobre tu familia, menos.
Recibir noticias malas sobre la salud de tu familia, menos.
Y ahí estoy... Recuperando el equilibrio después del nuevo sacudón que me tocó.
Se, lo se, es egoísta pensar en mi cuando alguien que quiero está de verdad pasándola mal, pero es inevitable, somos humanos... Y yo no puedo ni imaginar otra pérdida. No puedo ni pensar soportarlo otra vez y tan pronto. Siento como si hace un año estuviera subida a un ring de box, y no me dejan bajar, y me tiran, y cuento nueve y me levanto, y sigo, pero no se acaba más...

Quiero bajarme a mi y a mi familia de este ring ilegal y tendenciero.
Quiero que Dios me abrace hasta dormirme todos los días.
Quiero que se cure. Que salga adelante. Que podamos juntos.
Quiero a mi sol diciéndome que todo va a estar bien.
Quiero no bajar los brazos y seguir más que nunca caminando hacia adelante.

La vida es así, a veces arriba, a veces abajo, la alegría y la tristeza conviven sin fin.
Y así mañana ya habrá tiempo de llorar cuando me encuentre con papá, y luego de reír jugando con mi hermanito menor, y así ... Convivir con las dificultades que llegan y disfrutar los momentos maravillosos que llegan también...

https://www.youtube.com/watch?v=xuxS8lfxD4E

Y nada, se me vino a la mente esta canción.
Y pensar que mi chance, tu chance, la de todos, sin dudas, sin tiempo que perder, es HOY.

jueves, 22 de octubre de 2015

Mil cráteres en la Luna

Él dice basta hace rato, yo digo basta hoy.
Después de leer, escribir, hablarlo, llorar, escribir de nuevo, creo que llegué a mi punto final.
No quiero más, ya no puedo más.
Es un poco contradictorio, porque hoy recibí un mail de mi psicóloga ofreciéndome recombinar horarios para la terapia ahora que vuelve de su licencia.
Y mientras le respondía feliz, literalmente, de poder volver a tratarme porque hoy soy consciente que mi ser lo necesita; pensaba...
¿Qué estoy haciendo? ¿Quiero que me encuentre así? ¿Quiero seguir así? ¿Quiero que esto siga siendo un ciclo sin fin?
Y recordaba, ese nudo en la garganta, ese adiós que le dije tantas veces... Y elijo un recuerdo. Uno de tantos. Lo elijo, lo lloro y lo guardo para siempre en mi alma. Y lo escribo como si hubiera sido ayer.

Llega. Me grita desde la reja.
- L---, llegué...
Yo me arreglo el pelo, me aseguro de no tener lágrimas, pongo mi mejor cara de poker y me acerco a la puerta.
- L--- estás ahí?Repite.
El microsegundo que tarda en verme lo impacienta. Sé que sabe que yo sé que él esperaba que lo reciba corriendo.Pongo la llave en silencio, y mientras le abro, ya lo escucho.
- L---, estás bien?
NO, no estoy bien; grita mi cabeza. No estoy bien. Te revisé el celular mientras te fuiste. Lo revisé, todo. No pude evitarlo. Quería saber que habías hecho estas semanas que no estuvimos juntos y lo que vi me destrozó el corazón. Quiero llorar, quiero gritar, quiero correr, quiero llorar porque me acabo de dar cuenta de que te amo y que me importás demasiado, que no puedo, que no puedo con esto, que se me fue de las manos, que me enamoré pero no puedo dejar todo por vos y no puedo pedirte que vos me aceptes así, que no puedo darte lo que necesitás y tengo que dejarte ir.
Contengo todos estos pensamientos y contesto un simple -Sí. Él entra.
- Te compré coca; me dice, sonriendo y señalándome la botella.- Genial, le respondo cortante.
- L---, qué pasa? Estás mal? Te duele algo? Decime que te pasa.Me mira intrigado.
- Nada.
- Cómo que nada? No te creo que nada. Qué hiciste, usaste la compu?
- No, no la usé. Me quedé en la pieza. Sonó tu celular, mucho. Y también el teléfono.
- Segura que no te pasa nada? No te creo. Pido para comer?
- Sí dale, quiero pizza. - Intento disimular mi estado mientras la conversación avanza. Él toma el teléfono, llama. Pide una napolitana. Sonrío para adentro. Lo hace por mi. Sonrío... Luego recuerdo y me contengo de llorar. Habla con un cliente. Vuelve. Prende la tele. Se sienta a mi lado. Me mira.
- Me vas a decir qué te pasa? Algo pasa, desde que llegué tenés cara rara. Es por haberte quedado? Es porque pensaste?
- Sí Eze, pensé. Pensé. No sé que hacía acá, estuvimos juntos, hace semanas no nos vemos, no somos nada, qué soy? En condición de qué estaba acá esperándote? No se, todo esto me está superando.
Me mira pensativo, me analiza, asiente comprendiéndome.
- Sí te entiendo, yo también pienso, pienso mucho. Yo quiero estar con vos. Quiero estar con vos pero si vas a sufrir entonces no podemos.Sus palabras me dejan atónita. No me lo esperaba. Quiere estar conmigo?
- Querés estar conmigo? Juntos? - Sí. Pero no quiero que sufras.
Sus palabras me sorprenden, me bloquean, me hacen feliz y a la vez me destrozan, y a la vez recuerdo su celular, y todo es demasiado. No aguanto, necesito comprobarlo. Lo miro.
- Eze, estuviste con alguna chica estas semanas? Decime la verdad.
Me mira. Pero me mira distinto. Nunca sus ojos me habían mirado tan profundamente.
-Sí. Una vez. Con una sola. Me quedo callada. Me mira. Sigue.- Pero no fue nada. No me vas a creer, pero yo pensé en vos, pensaba en vos. Me sentí mal. -Por qué? -Porque era la primera vez que estaba con alguien después de vos, y era tan distinto, vos sos tan distinta, esto es tan distinto... -Se detiene, como asumiendo él mismo sus palabras.- Me senti mal, no me gustó. Quiero estar con vos, pero no se, no se si  vas a poder.
Lo miro. Es sincero. Por un momento me odio por haberle revisado. Jamás pensé escuchar eso de su boca. Me mira buscándome, abre sus brazos un poco, me siento arriba suyo, lo abrazo rendida. Me abraza fuerte, como nunca antes, aspira mi pelo, me aprieta contra su pecho... Contengo las ganas de llorar, Dios mío, amo a este chico.
-Eze, yo te quiero; le digo sincera, desde las entrañas, como si la vida se me fuera en eso. Me separa y me agarra para que pueda mirarlo a la cara.
- Y yo también, ---, yo también te quiero. Estas semanas, yo te miraba y quería estar con vos. Te extrañaba. Te miraba y quería que sea como antes, pero si sufrís así... De verdad, estemos juntos, pero no sufras, no puedo  verte sufrir.
- No se, no se nada, no quiero dejar mi vida pero lo único real en este momento es que te miro y yo quiero estar con vos. Muero de ganas de estar con vos.  Eze, no quiero alejarme de vos.
- Entonces prometéme, si vos me prometés que no vas a sufrir por estar conmigo, prometémelo y estemos juntos.
Lo miro. Bajo la cabeza. Sabe que no puedo prometérselo, que no lo sé, que ojala pudiera, que necesito pensar.
- No puedo. No se si voy a sufrir. Sólo se que te quiero. Te quiero mucho. No quiero separarme más de vos.
- Entonces pensálo. Yo no me voy a alejar de vos.

Y me abraza fuerte de nuevo, y me besa despacio. Y mi cabeza es un enriedo de pensamientos, pero mi corazón nunca se sintió tan seguro y nunca sintió tanto amor.

Suena The Scientist en mi cabeza y en ese momento la luz llega... Y asumo que hoy volver al principio no es una opción.
https://www.youtube.com/watch?v=RB-RcX5DS5A
Y entonces lo hago. Quemo las naves. Lo dejo hacer, porque lo conozco. Y yo me encargo de quemar las que él no puede.
Todas. Las lágrimas caen mientras lo hago.
Borro su contacto, bloqueo su número, su facebook. Intento imaginar lo que el sintió al hacerlo... Alivio.
Yo hoy siento algo parecido. El alivio se asoma en medio del dolor.
El Lunes mientras lo saludaba miré sus ojos... Y lo vi. Vi que ya no puede más, que fui demasiado lejos, que no quiere, que no puede, que no sabe, que de verdad ya no me quiere, que tenerme cerca le quita la paz.
Duele saberlo pero hoy elijo hacer las cosas diferentes.
Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco que sería tan difícil.
Y aunque sea terrible, aunque duele tanto, hoy le digo adiós.

martes, 20 de octubre de 2015

Traslación

365 días.
Hoy se cumple ese ciclo, esa vuelta al Sol que me transformó.
Hace un par de entradas hablé de mi sol personal, de Ezequiel, de Enero.
La verdad es que todo empezó tres meses antes, un 20 de Octubre, el año pasado.
Mi vida se desestabilizó esa mañana post día de la madre feliz, cuando mi mamá, mi hermanito y yo nos despertamos... Pero mi abuela no.
Recuerdo ese despertar terrible con los gritos de mamá y saltar de la cama corriendo para encontrarme con mi peor pesadilla.
Vivimos con mi abuela desde que eramos bebés, era mi sostén, mi otra mamá, mi compañera de cada día.
Y sin esperarlo, sin ninguna enfermedad que rondara, ese día no despertó.
Fue un golpe tremendo para los tres, fue el peor día de mi vida.
Fue sentir un dolor que nunca había sentido, más profundo, verdadero, más hondo... Un verdadero hueco en el alma.
Un golpe familiar que me dejó sola, totalmente rota y con una mamá desocupada, un hermano menor, dos gatos, una casa... Todo por mantener, Todo por arreglar.
Había que salir adelante como sea y así lo hice en un primer momento, hasta que casi un mes después, caí. Caí llena de tristeza.
Caí y no me quería levantar más, me preguntaba por qué otra vez a mi, por qué siempre me quedaba sin nada, por qué, por qué, miles de por qué.
En esas preguntas, en esos dolores, en esas peleas y divisiones familiares, en esas decepciones, en ese acostumbrarme a vivir sin ella, en ese paréntesis... Llegó.
Soy consciente de que Ezequiel significa mucho en mi vida pero también significa esto.
Él me devolvió las ganas de reír, de sentir, de trabajar, de amar.
Le ponía play a esta canción cuando estábamos juntos, y sí... https://www.youtube.com/watch?v=IMQqIzKPkhg
Sublime forma de darme vida.
Por eso cuando se fue costó tanto. Por eso aún cuesta.
Por eso nada de lo que él haga o me haga, va a cambiar lo que significa para mi.



Hoy cierro esta vuelta al Sol sintiéndome extraña, a veces triste, a veces aliviada, a veces con fuerza y a veces rota... Pero caminando. Extraño mucho a mi abuela, la extraño a diario, la extraño con el alma.
Pero la extraño bien. Sin huecos, sin ese fondo infinito que sentí los primeros meses.
Hoy lloré por esa fecha que tanto me marcó, pero también reí, agradecí.
Fue el año que más lloré, que más sufrí, pero también fue el año que más amé, que más me sentí vista y querida, que más sentí, que más VIVÍ.
Mi abuela me enseñó todo lo que se y me dejó lista para enfrentar la vida, como ella hizo siempre, con todo lo que le tocó vivir.
La amo eternamente y eso ningún tiempo lo va a cambiar. No hay muerte que pueda matar el amor.
https://www.youtube.com/watch?v=-n7G5Dqb3UM


Sin duda elijo Abel para esta entrada. Abel fue la música que me acompañó en ese momento de dolor, y también fue la música del período que me curó.
Esas dos canciones lo resumen todo.

Me leo y veo el manojo extraño de sentimientos que soy, que tengo... Espero me sepan entender, hoy soy esto, hoy soy este año que pasó, soy todo eso con todo lo que eso implica.
Soy pero también transito ese ser con otras ganas y con otra libertad.
De a poco, pero transito.
Y ese transitar me va llevando a la paz.

jueves, 15 de octubre de 2015

Eclipsada

Escribo y borro.
Lloro un poco. Pongo Taylor Swift  ( https://www.youtube.com/watch?v=nfWlot6h_JM ), bailo...
Me siento, me río, salgo al patio, juego con mi gato.
Agarro las llaves y salgo a caminar.
Respiro aire puro, miro al cielo, lloro otra vez.

Vuelvo. Escribo y envío. Me arrepiento, es tarde.
No hay respuesta .. (Como si no supiera que no la va a haber).
Escribo y borro otra vez.


Un ciclo sin fin.
¿Cómo hacés cuando sabés que el fin sólo depende de vos?
¿Cómo dejar de buscar la paz en donde la perdiste?
¿Qué se hace cuando la persona que más amás sólo puede ofrecerte dolor?


En poco tiempo puedo contar muchas veces en las que sentí que se me rompía el corazón.
Una de ellas fue hace dos días. Otra hace un mes. Y así... Y aún sigo volviendo.
Vuelvo a buscar comprensión donde se que no la hay. Vuelvo a buscar cariño donde sólo hay vacío.
Busco palabras que sanen y (cuando no llega silencio) llegan palabras que destruyen.
Lo busco a él, todo el tiempo, con cada latido, lo busco y sé que no está.
Mis amigas me dicen que lo suelte y yo no puedo soltarlo, siento que soltándolo suelto una parte de mi.

Hoy sé que el sufrimiento es una opción evitable pero no me siento capaz de elegir otra cosa.
Hoy el dolor es proporcional al amor que sigo eligiendo sentir.


- Es tu primer amor, nunca lo vas a olvidar, pero vas a volver a enamorarte...


Y sí, lo se, lo creo.
Pero una parte de mi sigue sin renunciar. Renunciar, ese es mi desafío.
Elijo con mi profesor de canto un tema para esta semana, y elijo a Fito.
https://www.youtube.com/watch?v=OgyNj9IxT3k
Porque ahora sí que sé lo que es el amor después del amor.
Y sé lo que se sufre.
Pero no me arrepiento...
Esto es vivir.


lunes, 12 de octubre de 2015

No hay Luna sin Sol


El Sol que me convirtió en Luna se llama Ezequiel.

Lo vi por primera vez una tarde tormentosa de enero. El año había comenzado hace pocos días y yo sentía en mi interior que estaría lleno de cambios.
Esa mañana me levante envuelta en nervios. Me sorprendió la tormenta en mi ventana y por un segundo dude, pero esa duda se esfumó muy rápido.  
Es hoy o nunca, decía una voz interna. Es hoy o nunca, anda
Y así fue que con paraguas salí de casa. Le dije a mamá que tenía trabajo. Primer mentira, pequeña, inocente.
Una hora después llegué a Rafael Castillo. Lo vi mientras tocaba el timbre del 236 para bajar. Estaba sentado en la puerta de un negocio cerrado, con una campera gris y la capucha puesta. Tenía unas panchas negras en los pies. Esa era la primera vez que lo veía sin el traje de todos los Lunes en la empresa.
Me sonrió. Le sonreí. 
"Tenía miedo de que te pases", me dijo. 
Un beso en el cachete. Con miedo. 

Nos miramos raro, como sin saber que hacer…
Tantas charlas… Tanto lo dicho. ¿Y ahora? 
Caminamos hablando de su barrio,de la vida. Había parado de llover. Entré a su casa. Saludé a la mamá. 
Yo seguía siendo un manojo de nervios pero no podía parar de sonreír. Algo adentro me decía que sí, que no estaba equivocada. Era ese el único lugar donde quería estar. 

Almorzamos mirándonos a los ojos, solos, por primera vez solos. Nadie frente a quien disimular. Sin celular de por medio. Solos. Cara a cara. Hablando frente a frente.
Cada minuto me gustaba más.

Fuimos a su pieza. Me dijo que me saque las botas para sentarme.
Y me senté tipo indio en su cama, sonriéndole, pero llena de miedos y de una incertidumbre que cargaba conmigo hace casi cuatro años.
Le sonreí.
El iba a buscar la película, pero se dió vuelta.
Me miró. Y vino.
Y ese primer beso me despertó del letargo.
¿Tienen dueño los besos? Nunca había disfrutado uno tanto como ese. Los años no habían pasado.
Se fue. Volvió. Puso la película. Apagó la luz.
Y se apagó toda mi cordura.
(-¿Tres meses? Puedo hacer muchas cosas en tres meses… O no?)
Abrí los ojos. Lo miré. Y me di cuenta de que no iba a poder escapar de esa historia.

Diez meses después, mientras esta entrada termina de definirse en mi cabeza, abro el wpp y veo sus audios en el grupo de amigos que tenemos en común. 
Mirando por la ventana del colectivo doy play y escucho la música...Fiesta electrónica, el lugar donde es feliz.
Y apago el celular porque no quiero saber más, porque imagino, porque sufro.

Y pienso que distintos nuestros mundos... Y que poco importa eso cuando se trata de amor. 

Mientras escribo este relato pienso en todas las canciones que me llevan a él, y elijo esta, porque es la letra que sonaba en mi cabeza ese día de tormenta. Porque es la que sonaba en mi corazón durante cada viaje hacia su encuentro. 
Porque no hay letra que exprese mejor el inicio de esta historia.